La toxina botulínica es una proteína elaborada por la bacteria Clostridium botulinum. Esta se conoce comercialmente como Botox ®, actualmente existen varias marcas en el mercado, elaboradas por distintos laboratorios.
Este tratamiento estético es conocido a nivel mundial y se aconseja realizarlo en personas desde los 18 años.
Una vez escuchamos de la existencia de éste, y sentimos la necesidad de acceder a él, la pregunta que surge es:
¿Cómo funciona la toxina botulínica?
Esta proteína actúa directamente en el músculo, y gracias a esto la disminución de las “arrugas” faciales es posible.
La técnica en específico para eliminar las “arrugas” consiste en infiltraciones de la toxina con una aguja extrafina justo en el músculo que está en la zona que se quiere tratar, de forma que el músculo se relaja y la “arruga” se atenúa.
Este tratamiento más que para las arrugas, aplica para las famosas líneas de expresión, es decir, aquellas que aparecen como consecuencia de la contracción de los músculos: al reír o gesticular, y que suelen aparecer en el entrecejo, comisura de los labios, frente y contorno de ojos.
La toxina botulínica es una excelente herramienta para prevenir líneas de expresión o para desvanecerlas cuando ya se han hecho visibles en el rostro.
¿Cuánto dura el efecto?
El efecto de la toxina no es permanente, sino temporal, siendo prudente esperar entre 4 y 6 meses después de la primera infiltración para volver a aplicarla.
¿Tiene efectos secundarios?
Como todos los tratamientos médicos, este no está exento de complicaciones, aunque, de forma general, este raramente produce efectos adversos, como reacciones alérgicas, rigidez facial o náuseas.
Para terminar, cabe resaltar que este tipo de tratamientos tiene que ser aplicado por un especialista experto y en las condiciones de esterilidad idóneas.
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